Así como se originó el culto a la Naturaleza, en las civilizaciones primitivas hicieron su aparición las divinidades del viento, de la lluvia, del sol, del fuego, de la luna... Nada tenía pues de extraño, la idea de suponer poblados los bosques, las aguas, los campos o los montes de ciertas entidades menores, favorables o adversas. Y no todas estas entidades mitológicas tenían aspecto más o menos humano, las había mezcla de ambos, e incluso de vegetal y animal, y no forzosamente todas eran producto de la imaginación. No menos digno de mención es Bucéfalo, el caballo de Alejandro, que el inexistente y alado Pegaso. Este libro no pretende ser un “Tratado de Mitología” en sentido estricto, pues incluye seres y bestias no mitológicos, tales como la Serpiente de Mar o el huidizo Nessie, infaltables en una obra de estas características. Joseph M. Walker, experto en temas históricos, autor de conocidos libros sobre los Templarios y los Cátaros, nos introduce en el fascinante mundo de los seres que moran en el umbral incierto entre el sueño y la pesadilla.