En la Argentina, Cayetano reúne cientos de miles de promesantes esperan a la intemperie, en pleno invierno para poder acceder el 7 de agosto a su santuario y pedir o agradecer su gracia. Se cuenta que la beata María Antonia de la Paz y Figueroa, fundadora de esa congregación en Córdoba, llegó a pie a la Capital Federal para iniciar en Liniers su labor religiosa, que entre sus obras incluyó la construcción de una capilla dedicada a san Cayetano como segundo patrono.