Los perturbadores descubrimientos de la física moderna abren de nuevo la vía que los más grandes sabios de la humanidad habían descubierto personalmente hace miles de años y que cualquiera puede experimentar en el laboratorio interior de la mente. El Vacío es la última realidad de las cosas, de toda forma y de toda experiencia. Todo lo que empieza y acaba viene del Vacío y vuelve a él. Por lo tanto, cabe decir que, lejos de ser la Nada, el Vacío es la fuente de toda vida, que es la Vida total de cada uno. La Plenitud del Vacío crea un espacio tal que, a cada capítulo, el lector se ve proyectado hacia estados de profunda meditación, pudiendo atisbar -a través del entramado de la "realidad"- la verdadera naturaleza de las cosas.