Los cheroquis creían que todo en la Tierra es el reflejo de una estrella. Esto no sólo incluye a las personas y los animales, sino también a los árboles, los ríos, las piedras y las montañas. Debido a esta creencia, la astrología ha jugado siempre un papel importante dentro de su tradición pero, a diferencia de la astrología occidental, la astrología cheroqui se basa en el calendario de Venus de 260 días, que incluye 20 signos de día individuales y 13 números. El guardián de los días desempeñaba la tarea de coordinar este calendario con los del Sol y la Luna para determinar los momentos más adecuados para las ceremonias, así como para entender la sabiduría de estrella que cada recién nacido traía de vuelta a la Tierra. El signo de día de cada criatura explica sus fortalezas y sus debilidades; el número expone su papel individual en el gran esquema cósmico. Por primera vez, se hace accesible el conocimiento de esta astrología a las personas ajenas a la tradición cheroqui gracias a Raven Hail, una anciana perteneciente a la nación cheroqui. Se nos proporcionan afinadas descripciones de cada uno de los veinte signos que identifican los rasgos distintivos de aquéllos nacidos bajo un signo de día en concreto, ya sea la tortuga, el junco, el torbellino o el lobo y se interpretan los significados de los trece números que determinan el sentido de ese signo en el grandioso esquema de la vida. Hail ha traducido las efemérides tradicionales cheroquis a un formato de fácil utilización que permite a los lectores determinar con rapidez qué signo rige el día de su nacimiento y qué número posee influencia sobre él.